martes, 30 de agosto de 2016

NAÏF MADRID: Las mejores mini hamburguesitas de colores de Malasaña.


¡Buenos y madrileños días! En el post de hoy os voy a hablar de uno de mis rincones preferidos de Malasaña: Naïf Madrid.


Conozco este restaurante desde hace poco más de un año y la verdad es que me parece que es de lo más original que nos podemos encontrar por el barrio de Malasaña, e incluso de Madrid.


Naïf tiene un estilo diferente, rompiendo con las reglas en todo momento. La primera vez que fui, nada más entrar me di cuenta de que estuvieron muy acertados en ponerle ese nombre al restaurante porque, en efecto, es de lo más Naïf.

Podemos observar en el establecimiento una decoración muy vintage con cierto aire retro, utilizando una iluminación muy tenue a base de bombillas básicas, paredes decoradas, colores algo apagados y tonos madera. Sin duda esto proporciona un ambiente de gran calidez, relax y comodidad.

Pero, como he comentado antes, Naïf se salta las normas, y su baño os va a impactar. De hecho, creo que es el aseo más peculiar que he visto en toda mi vida, lleno de pintadas de graffiti. O te encanta o lo detestas, no hay término medio.





Pasemos al tema comida. Para comenzar, tenéis una serie de entrantes para picar. Tenéis que pedir sí o sí las mini hamburguesitas de colores, ya que es el plato más top y original de este lugar. Cuestan 9€, sirven 4 unidades y son de diferentes sabores.

El segundo entrante que os recomiendo son los nachos. Cuestan 8€, ponen un plato gigante y son de los mejores que he probado nunca, muy tiernos y con una salsa de queso excelente.



Tras los entrantes, podríais pediros un "enrollado" para compartir. Cuestan unos 8-8,50€ y tenéis una amplia variedad. Personalmente, os recomiendo el chicken roll (solomillos de pollo a la plancha, salsa de curry dulce, pasas, sésamo negro, almendras y mix de lechugas).

Si no os convence nada de esto no os preocupéis porque la carta es muy amplia y podéis pedir un montón de hamburguesas, sandwiches y ensaladas.


Por último, os aconsejo probar alguna de sus baguettes recién hechas. Cuestan todas 7,50€ y están deliciosas. Mi favorita, sin duda, es la de solomillitos (solomillo de pollo a la plancha, bacon crujiente, queso emmental y salsa Naïf.

En cuanto al tema postres, la verdad es que no son precisamente baratos (todos cuestan 5,50€), pero su sabor merece la pena. Tenéis cheesecake, tarta de zanahoria, american pie y tarta de chocolate.

En general el restaurante está genial, ya que es un sitio original, de lo más alternativo y toda la comida está buenísima. Sí que es verdad que tal vez al tener tantas cosas para picar más los postres se nos puede ir un poco de las manos y al final el precio de la cuenta se incremente bastante, pero os aseguro que no os va a defraudar, ni en su relación calidad-precio ni en su gran originalidad. 



¡HASTA MI PRÓXIMO PEQUEÑO GRAN DESCUBRIMIENTO!




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